domingo, 25 de enero de 2009

Posicionamiento

En nuestro paí­s, a raí­z de la escasez de líderes, y a una falta de oposición se ve venir una campaña del gobierno actual con una maquinaria publicitaria.

El resultado de la injerencia del marketing polí­tico se dejo sentir fuertemente en la campaña a la Asamblea, quien con una imagen eficiente ante el electorado y frases coloquiales, prácticamente aseguró el primer puesto del SI. Además de la suma de una estructura caduca de los partidos políticos, sobre todo los de derecha. Con los antecedentes de la necesidad de cambios en la estructura del Estado.

Eugene Burdick, autor de La Novena Ola, novela que trata de las tendencias irracionales de la polí­tica, ya lo habí­a señalado al asegurar que el presidente perfecto no se consagra gracias a sus grandes enunciados, sino que se “engrandece” en nuestras mentes a causa de su personalidad.

Actualmente, las campañas polí­ticas parecen más enfocadas a productos o servicios que a proyectos que buscan el bienestar de la nación. Por desgracia, en Ecuador, las campañas alectorales, hay carencia de imaginación en la mayorí­a los mensajes y, los publicistas, centraron el fuego de sus baterí­as en las descalificaciones y la llamada “guerra sucia.” Pero sobretodo a la IMPORTACIÓN DE FRASES Y MENSAJES de otras campañas de los países amigos. Son campañas NO ORIGINALES.

No obstante lo anterior, es de notar que tácticas que antes no se utilizaban, fueron ahora práctica común. El telemercadeo y la desbordante proliferación de encuestas fueron claro ejemplo de ello.

La pregunta tal vez serí­a ¿es posible comparar a un candidato con un producto o servicio? ¿Tienen los candidatos “Posicionamiento”? La respuesta es simple: Candidato sin Posicionamiento, elección perdida.

El concepto de Posicionamiento nos dice que “es el lugar que un producto ocupa en la mente del consumidor, respecto de su competencia.”El producto no es otra cosa que el candidato.

Entre líneas

La manipulación de la polí­tica y la persuasión de las masas no son tópicos que hayan surgido recientemente. Maquiavelo escribió en el siglo XVI,el libro clásico para gobernar (o debiéramos decir dominar) a un pueblo: El Prí­ncipe. Siglos más tarde, el mismo Napoleón tendrí­a una oficina de prensa, denominada Oficina de la Opinión Pública;y no hablemos del poder de la propaganda nazi, que llevó al mundo al enfrentamiento más deleznable de la historia.

No obstante estos datos, no fue sino a mediados del siglo XX que estos temas tomaron un carácter más cientí­fico, interesando a los representantes de la élite publicitaria, los creativos de la Madison Avenue de Nueva York.

Fue entonces que, en Estados Unidos, para las elecciones presidenciales de finales de los 50’s, la mercadotecnia polí­tica comenzó a influir fuertemente en el manejo de imagen pública.